Pampa querida

Venir e ir, ida y vuelta, de la paz al ajetreo diario, abandonar las llanuras desérticas por los grandes edificios, el pelo lleno de tierra todo el día por el smog que poco deja respirar, pero mas importante que todo aquello es que la noche pampina tiene un velo de estrellas que en la capital no se ve, las luces silenciosas dejan que los destellos astrales que tantos millones de años tardaron en chocar con mi retina, como me hacia falta ver este espectáculo, el que de vez en cuando cierra su telón para dejar caer la lluvia que bendice al suelo árido de mi tierra. Me hacia falta llenarme de la energía especial que emana del desierto, ver la espectacular cordillera y la sensación del tiempo in gravito, cuando los segundos paran de caer en su imparable goteo sino que quedan suspendidos y dan la impresión de que ya tiempo no existe

Las tardes teñían el horizonte color caramelo
la suave brisa era el condimento perfecto
entre las nubes se colaba el sol
perdiéndose poco a poco en el horizonte

Derrochando colores, manchando
de manera sublime el cielo
sinfonía en movimiento
para quienes se detienen a admirarlo

Solo el viento de alta mar
como compañía, timón en mano
navegando al infinito
que se dibujaba frente a tus ojos

Por mucho tiempo pensaste

sin amor, solo desastre

la poesía sería un disparate

absurda, desprovista de carácter

La pasión furtiva encendida
revelo nuevas experiencias
para llenarte el alma
disfrutando sin culpas
sin ataduras,
solo el placer
quedará presente

El recuerdo
da mil y un vueltas
haciendo desear
nuevas vivencias
que la razón renegó
y el cuerpo deseó

El vació que queda entre cada momento 

no es más que el capricho del tiempo

que juguetea inocente y antojadizo

por las llanuras del olvido

Mar llenado de vivencias

que fueron silenciadas 

cuyos gritos se van ahogando 

mientras más profundo 

se quiere recordar

No somos mas que los capitanes

que surcamos día a día

las olas de este mar

que se ajetrea cuando buceamos

buscando lo que calló.