24 de septiembre de 2011

R

Perros lazarillos tratan de guiar a un ciego
dictaminando
que se debe hacer,  lo correcto,

se vuelven represores de la realidad dejando
nada más que algunas cuantas acciones libres
de supervisión porque ya han sido testadas, aprobadas,
son esas malditas reglas que permiten un represor
un reprimido, un moralista y un violador

No sabríamos que hacer en el mundo sin esos perros

que no dejan siquiera que podamos abrir los ojos
preguntarnos porque estamos haciendo lo que hacemos
mecanizados a no cuestionar, a permanecer ciegos


Tenemos una idea de como sería la libertad,
pero nunca se nos dio el tiempo o el lugar
para que pudiésemos probar otro modo
más harmonioso, afable, amigable
nacimos cegados y los afortunados mueren soñando

Pero hay un grupo de elegidos,los revolucionarios, no se limitan a soñar

buscan el lugar y tiempo renegado, luchando
buscan ese modo, demonizado por los perros,
esos animales que ladran a quien desobedece
y muerden a quien se atreva a luchar.


Pero aun queda otro grupo más pequeño
mucho mas raro de encontrar, ellos son
lo verdaderos héroes, no esos condecorados por matar
por reprimir, por destruir, sino los que a pesar
de todos los intentos de devolverlos a la manda
siguen luchando por sus sueños y persiguiéndolos


Son estos los más temidos, los buscadores de la verdad
los que por ratos no se sabe si seguir o destruir
no siguen ningún canon previo, los que saben
que una palabra destruye mas muros que las balas,
esos son los imprescindibles que todos podemos aspirar
a algún día poder llegar a ser si nos atrevemos a luchar
guiados por los sentimientos mas puros y los deseos mas nobles


Creo que hombre así no hay, el hambre de poder
desata hasta en el mas grande de todos
un apetito capaz de devorar sueños y esperanzas,
sean suyos o de quienes en el confiaron,
haciendo que todo se convierta en un circulo,
puede que el sueño de uno se cumpla
pero si es corrupto por el poder, siempre
se convierte en la pesadilla de muchos.


No hay revolución sin decepción,
ni líder sin aspiración de poder,
por eso el hombre solo nunca ha de ser
quién nos diga que hacer,
debe de ser el pueblo en su conjunto
quien vea lo que es justo,
entre muchos, nadie es uno
sino que somos todos un conjunto
eso es lo más complicado de llevar a cabo
porque no faltará quien querrá
sentase en un trono hecho de cráneos
y beber de la sangre de sus adversarios
por eso el pueblo debe estar atento
a cualquier triquiñuela que intenten los elegidos
de la gente depende el poder que ellos tienen
y cualquier violación a la pureza de la revolución
debe ser castigada y marcada como la más grande traición.

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