Imagino tu silueta en la tela que atrás dejas, ese roído vestido se te quedo en armario del hotel, la rescate y la guarde, la atesore tal cual un pirata guarda cauteloso y receloso un cofre lleno de oro, sin dejar que nadie pueda mirarlo porque puede codiciarlo, sin contarle a nadie siquiera su existencia, porque dejaría de ser solo mío y en la mente de otro imprimiría los recuerdos que dejaste quemados en mi mente, no puedo permitir que nadie se lleve lo único que queda de aquella furtiva noche donde nos fundimos en el calor de la pasión, celebramos el amor como dos animales que disfrutaban de cada momento como si al rato siguiente se fuesen a extinguir, fuimos avivando una llama que poco a poco se nos escapaba de control.
Al día siguiente nadie fue capaz de decirme ni media palabra de ti, nadie te vio salir, la huida perfecta concretaste y no supe nunca nada más, solo quedo aquel vestido rojo, que traías puesto esa noche de invierno, bastante delgado para la época, pero que dejaba que tu figura se desvelara de manera espectacular, asumí que te fuiste tan rápido que olvidaste empacar con la prolijidad que caracterizo tu escape, pero también me gusta pensar que fue dejada a propósito como un pequeño regalo, ya que no te tomaste la molestia de dejarme algún mensaje escrito por ningún lugar, solamente quedaron escritas en las sabanas las partituras de una sinfonía caótica que tan bien ejecutamos la noche anterior. Nada consuela mi corazón molido, la bebida y el tabaco son mis únicas compañías a la hora de escribir versos y compases, los que rearan de reflejar, de la manera mas fiel y digna, los sentimientos que este artista sintió, siente y sentirá cuando recuerda tu breve cintura, tu hermoso pelo y esos ojos que leían más halla de mis pensamientos. El prologo y epilogo de una tragedia de extensión indefinida, porque ambos sabemos que ese libro se escribió en una noche, solo me queda divagar del antes y el después.
Una musa andante y errante dejo un roído vestido que se ha convertido en la única experiencia verdadera, porque hay veces en que se me confunde tanto la realidad, horrible y grotesca, con mi mundo onírico, hermoso y armonioso, que necesito ver ese vestido rojo para recordar que no estoy loco.
Créeme que han sido muchísimas y de los mas variados temas las teorías de por que te fuiste y del como lograste irte sin dejar huella alguna, estoy seguro que el único error que cometiste fue ese vestido, este caso ni el mejor de los detectives lo podría solucionar, pero aunque fuese así, si tuviese las ganas de resolver el misterio y acudiese a las puertas de algún investigador y este fuese a dar con tu paradero, ¿Que haría contigo si volviese a verte, valdría la pena buscarte por cielo, mar y tierra para calmar mi agonía? más que eso me pregunto si encontrarte de nuevo podría ayudarme a cerrar el libro, a dejar mi pluma para que terminase de especular y montar escenarios que tienen un sin fin de comienzos y finales, ¿servirá de algo acabar con esto?, ¿Que haría con el vestido?, tendría que devolvértelo, pero luego de tanto tiempo no se si podrás lucirlo de tan espectacular manera ¿siquiera te acordaras de él, o de mí?, ¿significare tanto para ti como tu para mí?, tantas preguntas acosan y exigen respuestas tan racionales como destructivas.
Cual será el limite que contigo debo trazar, hasta que punto te puedo añorar, si no se si en verdad me fuese a encontrar con la misma muchacha que ha vivido durante tanto tiempo en mi mente, quizás el tiempo me ha hecho perder la conexión con la mujer que de verdad en algún tiempo fuiste, ¿No serás una mujer común que mi imaginación se ha encargado de transformar en la sirena que canta en mi corazón y no deja que ninguna nueva aventura se pueda embarcar?, quizás dejarte ir sea lo más sano que pueda hacer, el gran favor que me puedo conceder para ayudarme a levantarme del sillón de la especulación, del dolor, del recuerdo.
Ya llegara el día de empezar a buscar las respuestas que tanto me urgen, pero por el momento prefiero, sentarme a memorar, a seguir construyendo esos hermosos escenarios, desechando de lleno cualquier final adverso, especulando en mi favor, total el amor es un juego de especulaciones, no es más que eso, no sabre que iré a sentir a la mañana siguiente, no se cuando perderá el color ese vestido, o su olor, no lo sé, por eso no te puedo prometer amor eterno, no hay quien pueda.
Por eso tu búsqueda no he de emprender, ya que sé que al encontrarte no seré capaz de soportar nuevamente contigo ese juego, y tampoco puedo arriesgarme a que tomes la determinación de enamorarme de nuevo, porque lo más seguro es que logres tu cometido, otra vez no seré capaz de soportar, me he de buscar otra musa que quiera tirar los dados y arriesgarse en esto conmigo, tu ya tuviste tu oportunidad, me dejaste el mejor recuerdo que podrías imaginar, ese vestido marcó un antes y un después en mi vida, no será igual, aunque no quiera, vengan las mujeres que vengan y pase por los puertos que pase, ese vestido rojo, estará siempre en mi armario, decolorándose, apolillándose, pero siempre guardado.