26 de octubre de 2011

Encontrar la decisión oportuna se torna cada vez mas difícil, en especial en momentos en que la esperanza se empieza a ver empañada y pensar objetivamente se torna algo mas y mas subjetivo, cuando se escuchan tantas cosas y se viven en carne propia, se empieza a especular sobre la validez de las decisiones. 
Cuando tu opinión puede marcar precedente uno se encuentra entre la espada y la pared, cuando las batallas empiezan a trascender y pierden el foco objetivo y principal, escuchar a los demás no solo se torna algo vital para entender mejor la problemática, sino que también hacen que el aire se empiece a viciar y las convicciones una vez defendidas con sangre y puño se tornen un discurso que ya poco tiene de objetivo y sincero, se empiezan a cruzar las palabras con fuerza y los debates hacen que uno empiece a encasillar a las personas entre marcos de los cuales ya no se pueden sacar, cuando la ambición empieza a tomar las riendas, los sentimientos de victimización se hacen frecuentes y molestos, hasta el punto que cualquiera sea lo que se defienda desde esa trinchera se vuelve egoísta, falto de proyección y dañino tanto para el fin colectivo como para los fines personales. 
El medio empieza a exigir que, si estas en favor de algo, cedas a la pasión y no mires todo el daño que puedes producir, que lo que estas defendiendo puede salir perjudicado con este sesgo ideológico que hace perder validez y ese apoyo ciudadano del que nos jactamos luego de cada encuesta social.
El fin no tiene pretensiones y no creo que se pueda negar la validez que tiene sentada; la lucha, como medio, se vició en el momento en que los intereses personales se pusieron sobre la mesa, cuando se te reclama hacer algo para que se te acepte dentro del marco de los que apoyan la causa, se lucha por la muerte del clasicismo y el nacimiento de una sociedad pluralista en todas sus dimensiones, pero con una lucha tan viciada lo único que se hace es todo lo contrario, se fomentan y demonizan todas las posturas, se radicalizan al punto en que son intransigentes, ambos bandos. Los actores, tanto desde el gobierno como de las federaciones de estudiantes abren cada día mas la brecha para el descontento y el odio, en especial la primera, que trata de desvirtuar de manera grotesca al movimiento en su conjunto, y la segunda que le hace falta un aire nuevo y la fortaleza para mantenerse actualizada y contingente, escuchar lo mismo todas las semanas, emplazamientos que van y vienen, la violencia física que se va endureciendo a medida que pasa el tiempo, todo esto es consecuencia del inmenso tiempo que tenemos peleando, cuando se le dio el espacio a la violencia no se puede esperar que el otro bando de la otra mejilla, cuando son temas que la sociedad en su conjunto consideran como justos no se puede esperar que no se reaccione en forma desenfrenada y pasional, y es principalmente este punto el que me molesta, que no nos demos el espacio para discutir la menara de llevar a cabo las cosas, se discuten los porqués de las acciones, pero no se hace la reflexión del como queremos lograrlo, una cosa es que las demandas tenga ya su modo de acción planeado, una estrategia, y es esto, estrategia lo que ha este movimiento hace rato ya le viene faltando.

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